Corre el año 1905 y el cacique del pueblo salmantino de Boada muere asesinado de forma brutal. Rápidamente son detenidos y acusados tres jornaleros que habían mantenido pleitos con él: les espera la pena de muerte, una injusticia contra la que se alza el filósofo, convertido aquí en detective, antihéroe de un género que busca cada vez más sus personajes en el pasado.
“Primero la verdad que la paz”, solía proclamar Miguel de Unamuno , en la realidad y como personaje de ficción que llena las páginas de El primer caso de Unamuno , de Luis García Jambrina (Alfaguara). Corre el año 1905 y el cacique del pueblo salmantino de Boada muere asesinado de forma brutal.
Rápidamente son detenidos y acusados tres jornaleros que habían mantenido pleitos con él: les espera la pena de muerte, una injusticia contra la que se alza el filósofo, convertido aquí en detective, antihéroe de un género que busca cada vez más sus personajes en el pasado. “Me pareció lo más normal del mundo. Unamuno durante toda su vida había buscado la verdad, la verdad oculta por la mentira, o la verdad falseada por las apariencias. Y lo hizo tanto académica como políticamente: buscarla, decirla y hacer algo con ell
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