"Es probable que el producto interior bruto (PIB) real se haya contraído algo en el tercer trimestre de 2023", vaticina el banco central alemán, que atribuye la caída de
la actividad a la debilidad de la demanda extranjera de productos industriales, así como al impacto del aumento de los costes de financiación, que ralentizó las inversiones y deprimió la demanda interna, especialmente en la construcción, pero también en la industria.
Asimismo, señalan que los crecientes costes de financiación y los elevados costes de construcción llevan ya algún tiempo deprimiendo la demanda en el sector, especialmente en la construcción residencial, mientras que la economía alemana recibió un impulso favorable del todavía robusto mercado laboral y como consecuencia de los fuertes aumentos salariales.